¿Cuál es la doctrina de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad?

Las personas que experimentan atracción al mismo sexo (AMS) "deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2358). Cuando la Iglesia afirma que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados" (Catecismo Iglesia Católica, 2357) no se refiere a la integridad de la persona, puesto que ésta siempre conserva su dignidad y su valor humano intrínseco. El papa Francisco defiende la doctrina de la Iglesia cuando habla de acogida y diálogo a las familias que tienen hijos con tendencia homosexual y al mismo tiempo defiende que las uniones homosexuales no se pueden equiparar al matrimonio. 



Entrevistas

30 de junio de 2023: «En Courage logran cambiar de vida: no porque abandonen una atracción, sino porque eligen la virtud» (Religión en Libertad)


Rossana Goñi-Cuba, coordinadora de Courage Internacional de habla hispana, explica cómo esta organización acompaña espiritual y pastoralmente a personas —de 18 años en adelante— que experimentan atracción al mismo sexo (AMS) y desean vivir en castidad según las enseñanzas de la Iglesia Católica. Por su interés destaco las preguntas y respuestas más llamativas.

¿La homosexualidad es un pecado?

La Iglesia distingue entre la inclinación y el acto homosexual, por consiguiente, la Iglesia enseña que el experimentar atracción homosexual no es en sí mismo pecado ni un impedimento para vivir la santidad. (...)

¿La Iglesia rechaza a los homosexuales?

Tristemente, muchos de nuestros hermanos que experimentan AMS se han distanciado de la Iglesia al pensar que ésta los rechaza, pero no es así. La Iglesia, como tal, no rechaza a nadie, por el contrario, su misión es acoger a todos los hijos de Dios y proclamar el amor, la misericordia y la Verdad de Jesucristo, Camino y Vida, que nos ha sido revelada. La Iglesia, que es Madre y Maestra, enseña que hemos de acoger a nuestros hermanos que experimentan AMS, "con respeto, compasión y delicadeza", evitando respecto a ellos "todo signo de discriminación injusta".

»Desafortunadamente, en ocasiones, la ignorancia respecto a estas enseñanzas y este tema, en general, impide o interfiere en esta acogida a la luz del amor, la verdad y la misericordia. Sin embargo, siempre será injusto excluir a una persona de la Iglesia, o marginarla o maltratarla, solo porque experimenta atracciones hacia el mismo sexo. Todos somos responsables de nuestras acciones y todos necesitamos conversión. Y una persona que experimenta atracción al mismo sexo y se está esforzando para vivir según el plan de Dios, es tan capaz de recibir la gracia de Dios, de participar en los sacramentos y de vivir una vida cristiana plena, como todos los demás.

¿Qué otros mitos hay sobre la Iglesia y la homosexualidad?

Otra confusión o mala interpretación respecto a lo que enseña la Iglesia sobre la homosexualidad es que al referirse a las atracciones homosexuales como "intrínsecamente desordenadas", la Iglesia está diciendo que la persona es intrínsecamente desordenada en su totalidad, pero no es así.

»Como explica la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, "el desorden está en esa inclinación particular, que no está ordenada hacia la realización de los fines naturales de la sexualidad humana. Por eso, actuar según esa inclinación, simplemente no puede contribuir al verdadero bien de la persona humana. Sin embargo, aunque las atracciones homosexuales sean desordenadas, la persona conserva su dignidad y valor humanos intrínsecos"

»También existe la creencia de que, con sus enseñanzas, la Iglesia quiere limitar la libertad de quienes experimentan AMS, sin embargo, "cuando la Iglesia rechaza las doctrinas erróneas en relación con la homosexualidad, no limita, sino que más bien defiende la libertad y la dignidad de la persona, entendidas de modo realista y auténtico", con tal de promover su realización y felicidad según la sabiduría creadora de Dios.

»Finalmente, a menudo se cree que la Iglesia tiene que "modernizarse" y dejar de imponer lo que piensa, sin embargo, la verdad, el amor y la misericordia de Cristo son los mismos ayer, hoy y siempre. La Iglesia no impone nada, pues como explica la Gaudium et spes, "Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección" (GS 17).

¿Cómo debe ser desde la Iglesia la acogida a las personas homosexuales?

En pocas palabras, esta acogida debe estar llena de misericordia, teniendo siempre en cuenta a la persona, con plena consciencia de que estamos entrando en terreno sagrado. Contrario a lo que muchos creen, comenzar recitando la doctrina de la Iglesia, pocas veces es la mejor idea. Si nos acercamos a una persona que experimenta AMS recitándole los mandamientos y una lista de exigencias, lo más probable es que la conversación termine antes de que comience.

»Asimismo, si comenzamos suponiendo que la otra persona "sufre de" o "tiene el problema de" la atracción al mismo sexo, es probable que responda con una actitud defensiva o de rechazo. No es posible abordar realidades tan personales e íntimas de la vida de una persona sin confianza de por medio y no se puede confiar en alguien que no se conoce.

»La verdadera acogida comienza con el encuentro y la disponibilidad de escuchar atenta y sinceramente la historia de la persona, sin tratar de abarcar todo en una sola conversación, ni preocuparse demasiado de si esta primera conversación concluye en vacilación, escepticismo o incluso un rechazo total. En vez de eso, debemos confiar en la Divina Providencia y responder a la apertura, confianza y buena voluntad de la otra persona con tres verdades simples: "te quiero", "creo que Dios tiene un plan para ti" y "quiero escuchar tu historia".

»Después de escuchar (y volver a escuchar), cuando llegue el momento (varía según cada persona) de compartir la verdad de las enseñanzas de la Iglesia, es fundamental hacerlo como nos enseña el Papa Francisco, "comenzando con el primer anuncio, con el anuncio de la salvación": "Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte" (Evangelii Gaudium 164).

»Debemos comenzar con la realidad de que la ley moral que nos viene de Dios a través de la Iglesia es, sobre todo, una expresión del amor de Dios por nosotros, y que Cristo y Su Iglesia le ofrecen a cada persona la ayuda que necesita para entenderla, abrazarla y vivirla. Luego podemos proponer la doctrina y sus exigencias. No es cuestión de elegir entre la caridad o la verdad, sino una cuestión de prioridad. Debemos hablar claramente sobre la ley moral, pero solo les llegará el mensaje cuando se lo presentemos en el contexto del amor de Dios y su plan para nuestra felicidad. Necesitan saber que es bueno, que es posible y que serán capaces de vivirlo.

¿Debemos renunciar a nuestra fe y acercarnos a movimientos LGTB para ofrecer esta acogida o se puede hacer plenamente desde la Iglesia?

Esta acogida se puede hacer plenamente desde la Iglesia, que es Madre y acoge a todos. Como escribió la Congregación para la Doctrina de la Fe, "sólo lo que es verdadero puede finalmente ser también pastoral. Cuando no se tiene presente la posición de la Iglesia se impide que los hombres y las mujeres homosexuales reciban aquella atención que necesitan y a la que tienen derecho". (CDF, Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales)

Catecismo de la Iglesia Católica (1992)

  • 2357. La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
  • 2358. Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
  • 2359. Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
Más información: https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s2c2a6_sp.html


Documentos


Carta Apostólica Amoris Laetitia (2016)

El papa Francisco hace referencia a la homosexualidad en los siguientes puntos:
  • 250. La Iglesia hace suyo el comportamiento del Señor Jesús que en un amor ilimitado se ofrece a todas las personas sin excepción[275]. Con los Padres sinodales, he tomado en consideración la situación de las familias que viven la experiencia de tener en su seno a personas con tendencias homosexuales, una experiencia nada fácil ni para los padres ni para sus hijos. Por eso, deseamos ante todo reiterar que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar «todo signo de discriminación injusta»[276], y particularmente cualquier forma de agresión y violencia. Por lo que se refiere a las familias, se trata por su parte de asegurar un respetuoso acompañamiento, con el fin de que aquellos que manifiestan una tendencia homosexual puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida[277].
  • 251. En el curso del debate sobre la dignidad y la misión de la familia, los Padres sinodales han hecho notar que los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, «no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia [...] Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo»[278].


Conferencia de prensa del papa Francisco en su regreso del viaje apostólico a Irlanda (26 de agosto de 2018)

Javier Romero

Santidad, disculpe, quisiera hacerle dos preguntas. La primera: El primer ministro de Irlanda, que ha sido muy directo en su discurso, está orgulloso de un nuevo modelo de familia diferente al que tradicionalmente propone la Iglesia hasta ahora; hablo del matrimonio homosexual. Y este es tal vez uno de los modelos que genera más desencuentros, en el caso especialmente de una familia católica, cuando hay una persona de esta familia que se declara homosexual. Santidad, la primera pregunta que quisiera hacerle es: ¿Qué piensa usted? ¿Qué quisiera decirle usted a un papá, a un padre, al que el hijo le dice que es homosexual y que quiere ir a vivir con su pareja? Esta es la primera pregunta. (...)

Papa Francisco

(...) 

Segundo. Siempre ha habido homosexuales y personas con tendencias homosexuales. Siempre. Dicen los sociólogos, pero no sé si es cierto, que en los tiempos de cambio de época crecen algunos fenómenos sociales y éticos, y uno de estos sería este. Esta es la opinión de algunos sociólogos. Tu pregunta es clara: ¿Qué diría yo a un papá que ve que su hijo o su hija tiene esa tendencia? Yo les diría sobre todo que rezaran: reza. No condenar, dialogar, entender, dar espacio al hijo o a la hija. Dar espacio para que se exprese. Después, ¿en qué edad se manifiesta esta inquietud del hijo? Es importante. Una cosa es cuando se manifiesta de niño, cuando hay tantas cosas que se pueden hacer, para ver cómo son las cosas; otra es cuando se manifiesta después de los 20 años o cosas por el estilo, pero yo nunca diré que el silencio es el remedio. Ignorar al hijo o la hija con tendencia homosexual es una falta de paternidad y maternidad. Tú eres mi hijo, tú eres mi hija, así como eres; yo soy tu padre y tu madre, hablamos. Y si vosotros, padre y madre, no podéis con ello, pedid ayuda, pero siempre en el diálogo, siempre en el diálogo. Porque ese hijo y esa hija tienen derecho a una familia y la familia es esta, la que es: no echarlo de la familia. Este es un desafío serio a la paternidad y a la maternidad. Te agradezco la pregunta. Gracias.